Te olvidé.
Sin querer y sin darme cuenta poco a poco te fui olvidando. Se me olvidaron algunos recuerdos que los pensé imborrables, se me olvidó el penetrante aroma de tu perfume, la textura de tu piel y las bromas que solo nosotros entendíamos. Sin querer, te fui olvidando, porque la decepción pudo más que la nostalgia y porque tuve que ir en contra de mis propias ganas de buscarte.
Se me olvidó recordarte, olvidé aquel efecto que tú bien sabías que tenías en mí. Te olvidé, como se olvida la letra de una canción que solías cantar todos los días, como el mundo se olvida de la gente, lento y triste olvido.
Lo siento pero no tuve elección, me vi obligado a escapar de aquel mundo que nos había costado tanto trabajo construir, pero que hoy estaba al borde del colapso. Tenía que olvidarte porque estuve a punto de quedarme y extinguirme junto a ti.
-Francisco J. Zárate