Cada trancazo te dice dónde no debes volver.
Cada palabra hiriente te dice de qué persona alejarte
Cada mentira dicha por otro te dice que no debes dar explicaciones
Cada dolor del alma te dice ¡sé fuerte!
Cada lágrima derramada es un ¡tú puedes con esto y más!
Cada juicio en contra te dice sigue luchando, no te rindas.
Y cada momento, de esos en los que estás más indefensa y eres atacada, juzgada y sentenciada, te dice qué lazos de sangre debes cortar...
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