Señor, Gracias por la fortaleza de tu presencia. A veces siento que casi no puedo, pero en medio de tu amor yo encuentro paz. Gracias por tus ángeles que acampan alrededor de los que te temen y los defienden. Se que soy uno de los que te temen y por ello mi alma está acallada en ti.
Sostén mi alma con tu fuerza y ayúdame a caminar con la paz que viene de lo alto.
Amén.