Escuché en el auto, esta mañana cuando llevaba a mi hija a la escuela, aquello me hizo volver al pasado.
¿Cuándo pasó el tiempo y nos convirtió en adultos llenos de prioridades aburridas? Luchamos todos los días, por algo que ni siquiera estamos seguros de querer. Cuando en realidad, la casa de la abuela, es lo que todo el mundo necesita para ser feliz.
La casa de la abuela, es donde el tiempo se toman unas vacaciones con nosotros y los minutos pasan sin prisas.
La casa de la abuela es donde una sencilla pasta y un pan casero parecen tener diversos y deliciosos sabores.
La casa de la abuela es donde una tarde puede durar una eternidad de juegos y fantasías.
La casa de la abuela es donde los armarios esconden ropa vieja y objetos misteriosos.
La casa de la abuela es donde las cajas cerradas se convierten en cofres de tesoros secretos, listos para ser descubiertos.
La casa de la abuela es donde los juegos rara vez vienen con las reglas, se inventan en el acto.
La casa de la abuela, es donde todo es misteriosamente posible, la magia pasa y sin preocupaciones.
La casa de la abuela es donde encontramos los restos de la infancia de nuestros padres y el comienzo de las nuestras.
La casa de la abuela, por dentro, es la dirección de nuestro más profundo cariño, donde todo está permitido.
Ese lujo lamentablemente ya no me pertenece, lamentablemente, vivirá conmigo, solo en los recuerdos. Aun así, si pudiera hacer un pedido ahora, cualquier pedido de todos los pedidos del mundo, pediría lo mismo.
¿Puedo dormir en casa de la abuela esta noche?