Cuanta mentira hay detrás de un estoy bien, cuanta nostalgia se puede levantar en las mañanas y salir al mundo a deambular, cuanta piel sin caricias puede haber alrededor de un alma errante que grita en silencio si quiero y con la mirada agachada queriendo sentir, cuanta poesía llena de versos enamorados flotan en una mente, cuanta necesidad de besos tienen unos labios que se han resecado por el frío de la soledad, cuantas historias por vivir se quedaron solo en sonrisas que pasaron a la par.
Cuantas ganas reservadas están dormidas mientras el corazón aun palpita, mientras la piel aun es suave para acariciar, y la mirada aun tiene luz aunque hoy este apagada, cuantas canciones románticas quiere protagonizar, pero la vida se las debe, pues las cicatrices de amores no han pagado aun el precio suficiente, cuantas noches en insomnio debe pasar para entender el porque de su soledad.
Y el día avanza, sentándose al final de la tarde, a repasar su vida, sus instantes de felicidad, en donde no obtuvo lo que realmente merecía, lo que necesitaba, cuantas caricias se quedaron a medias, cuando la indiferencia se acostó algunas noches junto a ella donde ella entrego el corazón pero solo valoraron su cuerpo, sintiéndose más vacía que nunca, junto a esa taza de café, Buscando en lugares equivocados, en sonrisas falsas, y en caricias prestadas un momento de placer.
Un día decidió no buscar más, llenarse de ella misma, dejarse querer ella misma y al hacerlo entendió, que el amor que tanto amaba siempre lo tuvo, ahí con ella junto a su alma, el abrazo que más necesitaba estaba ahí en sus mismos brazos, que la mirada que necesitaba recibir era la de ella misma frente al espejo, y comprendió que muchas veces amaba a otros mas que a ella misma, y por eso no sabían amarla, por que ella ni ella misma sabia como hacerlo, pero aprendió.