Levanta tu rostro, nadie puede detenerte en tu camino de la fé, ni pruebas, ni ofensas, ni debilidades, ni afrentas, todos éstos son sólo una parte de tu fortalecimiento, las adversidades son para hacerte crecer y no para destruirte, así que si te encuentras en ésta condición y lloras hoy, mañana serás fuerte y nada temerás!!!.