EL ÚLTIMO VIAJE
El último viaje, llega sin avisar, sin preparar a nadie, sin decidirlo. Y, a veces, no permite ni una despedida, y se van sin un adiós sin un abrazo sin un te amo sin un perdóname.
Mientras se vive, se realizan tantos viajes y se hacen tantos planes, pero nunca se piensa en ése... Si, en ese que llega cuando menos se espera, y entra como un ladrón, transporta a todos a otro plano.
Es como un rapto que deja una estela de dolor y llanto, es inexplicable y lleno de asombro, cuesta creerlo porque parece una mentira, y es una lucha para los dolientes, poder aceptarlo
porque duele tanto, que hasta respirar se hace difícil.
Nunca se piensa que en cualquier instante se puede perder la vida y se desperdicia corriendo tras muchas cosas, acumulando bienes y apegándose a todo, cuando se sabe que nada nos llevaremos.
A veces, se sale de casa dando un portazo sin pensar que quizás, ese podría ser el último adiós y será el último recuerdo que se dejará. Pero así, es como muchos viven
Agradecer a Dios por todo lo vivido, por todo lo aprendido, por todas las fallas, y sobre todo por poder amar, porque es lo único que llena, ya que para amar, fuimos creados.
Hay que saldar cuentas con la vida, perdonar y pedir perdón por todos los errores, soltar y dejar ir todas las amarras y así, como Amado Nervo, poder decir.
“Vida, nada te debo, vida estamos en paz.”
Entonces estaremos listos para tomar ese último viaje, sin miedo ni culpa.
¡Muy fuerte pero muy hermosa reflexión!