El Valor De Las Pequeñas Cosas
Hay tantas cosas a las que no le damos la importancia debida…Son aquellas que consideramos sencillas, naturales, casi me atrevería a decir cotidianas. Sin embargo debemos aprender a prestar atención y seremos conscientes de que lo que creíamos insignificante, encierra una belleza sin igual. Hagamos de nuestra vida una meditación continua.
El solo hecho de que las circunstancias climatológicas, no nos vengan nunca bien, que nos molesten, forman parte, junto con otras muchas mas, de nuestra extraordinaria ceguera y egoísmo. Es precisamente la mejor y más sutil señal, de que para la mayoría existen cosas que considera más importantes, pero aceptemos, que estas cosas terminan por atraparnos haciendo de nosotros, muertos vivientes, o vivos amargados.
Nos levantamos, nos duchamos, nos vestimos, todo como verdaderos autómatas, ” ausentes”.Nos vamos al trabajo de mala gana, cogemos el coche y enseguida nos vemos metidos en los mismos atascos de todos los días, empezamos a acelerar nuestro ritmo, por llegar, por terminar. Todo lo hacemos sin ser conscientes de lo que hacemos. Creemos serlo, pero no estamos ahí, ahora, contigo mismo, pues mientras hacemos todo esto, estamos en otra parte.
Ahora veamos que realmente, si somos capaces de responsabilizarnos de todo lo que sentimos en el momento en que lo vivimos, las cosas van a ser las mismas, en cambio a nivel consciente tus días van a cambiar. Empezarás a ver todas esas cosas que hasta ahora no veías.
El despertador suena, tienes sueño, pereza, tu motivación decae y aun no te has levantado. Cambia tu forma de verlo. El despertador suena , de lo primero que debemos hacernos conscientes es de haber abierto los ojos, de saber que se abre ante nosotros un nuevo día, una nueva oportunidad de disfrutar de la vida.
En los tiempos que corren, tener un trabajo es una bendición, pues te da la oportunidad de poder cubrir tus necesidades más básicas, no es necesario ir mas allá, no vivas para trabajar, trabaja para vivir. En realidad necesitas muy poco para ser feliz. Ahora ya tienes la primera razón para empezar bien, con optimismo y alegría. Puede que no te guste tu trabajo, pero también en él debes ser consciente de lo que haces y te enseñaras a verlo de otra forma.
Si aun así,no eres capaz de verlo, piensa en la gente que no tiene techo,ni forma de alimentarse o se encuentra en un hospital, en los abandonados y olvidados. Por favor,date por fin cuenta de que eres realmente un ser afortunado, comparte todo tu amor, alegria y todo lo que puedas, incluso a nivel material, con los que mas lo necesitan.
Te das tu primera ducha del día mientras piensas en las cosas que tienes que hacer, si podrás, si no podrás. En ese momento disfruta de esa ducha, deja que el agua tibia recorra tu cuerpo, siéntela, no pienses, descubre el placer de su caricia, mientras te despeja, te calma, presta atención a las sensaciones, es solo agua a una temperatura que te has regulado para agradarte y ves que tu cuerpo esta sano, nada le duele, entonces ¿para que pensar en otras cosas? Ya te iras enfrentando a cada una de ellas de forma “consciente” cuando aparezcan. Después percibe el aroma de un café, o de una tostada, céntrate en ese pequeño gran placer y disfrútalo.
Sales a la calle y sigues ausente, está lloviendo y eso te pone de mal humor. Piensa, medita, el agua de lluvia es necesaria para nuestro planeta, para ti, gracias a ello pudiste darte una ducha encantadora e hiciste café. ¿No es algo realmente fascinante ver llover? ¿Ver nevar? Y si en otros momentos has sido consciente ¿por qué no lo haces ahora?. Recuérdate en cualquier otro lugar cuando te despertaron sus gotas contra la ventana. Escucha su sonido contra el paraguas, es fascinante, déjate embelesar. Recuerda el frío del invierno, la nieve mientras cae y tu estas junto a la chimenea viendo caer los copos, o en la cama. Existen tantas cosas a nuestro alrededor que no valoramos…
Según vas a por el coche, al autobús, te viene el aroma del pan recién horneado, o el de una cafetería o churrería cercana, Recuerda, esos olores están ahí y no los has considerado nunca.
Sonríe a la primera persona con la que te cruces, tu sonrisa es igual de bella bajo la lluvia, el viento, o la nieve. Pero ¿y si hace sol, o empieza a amanecer?. ¿Te has dado cuenta de qué forma sus primeros rayos te calientan, te acarician? Te dan los buenos días. Se trata de estar y sentirte vivo, ser consciente de todo lo que en ese momento sientes, no pienses en nada más.
Si es verano, escucha el despertar escandaloso de los gorriones, de la brisa fresca de la mañana, de todo. Dime, ¿es que no te has dado cuenta de lo bien que huele la hierba recién cortada?, y ¿el olor a tierra mojada que llega antes que la lluvia? La forma en que la nieve amortigua el sonido de la calle, del campo, de tus pasos, es pura meditación
En otoño cuando paseas sobre una alfombra de hojas secas que crujen bajo tus pies, mientras puedes observar los arboles de colores dispares, o la continua caída de hojas bailando y zigzagueando hasta el suelo, burlándose de la desnudez en la que dejan sus ramas.
Una cosa tengo muy clara, dependiendo de cómo veas y sientas todo lo que te rodea, llegara a ti. Si lo ignoras, todas esas cosas te ignoraran. Con las personas es igual, con tus compañeros, con todo lo que acontece en cada uno de tus instantes será reciproco, va a depender de ti, de tu forma de sentir y valorar todo eso cuando, en ese nuevo día las cosas te lleguen tal como tu las has creado. No te muestres indiferente, se agradecido a lo que tienes, si eres capaz de sentirlo habrás cambiado tu vida. Una nueva dimensión se abre ante ti. Ejercítate y te sorprenderás cada día, te descubrirás cada día y lo mejor de todo te harás consciente de lo inconsciente que has estado, sabiendo que estás donde debes estar y en su mejor forma.
Esas son las grandes cosas que de verdad nos hacen felices cada día. Como ves, lo que habías considerado hasta ahora insignificante, resulta ser lo mas gratificante.
Felix Moratilla