Ella era de esas mujeres que tenía una enorme sonrisa durante el día, pero en la noche cuando todos estaban durmiendo, lloraba... porque no quería que nadie la escuchara.
Era de esas mujeres que cuando aprendía amar, se aferraba a ese amor, la que era paciente y aguantaba todo por Él, porque el era su felicidad, porque mientras el jugaba y se burlaba, ella lloraba y lo seguía buscando.
Es de esas mujeres que se muestra fuerte, pero en el fondo es sensible, le afecta todo lo que le dicen, intenta subirle el autoestima a los demás, cuando el de ella esta por el suelo, intenta estar con las personas que ama para ayudarlas y subirles el ánimo, cuando por dentro ella está mal y solo pide que alguien la mire a los ojos y le digan tu tienes algo y la abrecen fuerte.
Era tierna y cariñosa, hasta que llegó un día y se cansó de dar lo mejor de ella, de que la trataran como un juego, de que no la valoran y fue ahí cuando empezó a quererse, a darse cuenta que jamás volvería a permitir que nadie la hiciera sentir menos y que la humillaran o lastimaran.
Y cuando se volvió fría, mucho de ellos extrañaban la mujer de antes, esa que no valoraron cuando ella dio lo mejor de ella.