No dejes de luchar por aquello en lo que realmente crees. Por aquello que te haga bien. Que te de paz. Que sea una brisa fresca en tu vida. Que te haga sentir mariposas en todo tu ser. Y hazlo sin pausa, pero sin correr, porque ninguna lucha es rápida. Los objetivos a corto plazo se malogran con la misma rapidez que se consiguen.