Hay mujeres que tienen el mar en los ojos. No por el color, sino por la inmensidad del alma. Y llevan la poesía entre los dedos y las sonrisas. Se quedan más allá del tiempo, como si la marea las llevara lejos de la playa donde estaban felices. Hay mujeres que tienen el mar en los ojos. Por la grandeza, por la inmensidad del alma. Por el modo infinito de abrazar las cosas. Hay mujeres que son la marea en las noches tranquilas...