Llorar es necesario a veces. Cuando llegamos al límite. Cuando algo nos duele. Llorar te calma, llorar te sana, llorar te limpia. No te preocupes de la opinión ajena. Si te hace bien, llora cuando necesites. Si el mundo te pesa, si algo te agobia, si un amor se terminó, llora lo necesario. Y después sonríe. Porque en la vida todo pasa.