Carta a mi niñ@ interior.
Querida y pequeña alma, es menester para mi hacerte saber que posiblemente no soy lo que prometiste y/o soñaste para tu futuro.
No del todo, a veces tenemos que modificar el rumbo por las circunstancias de la vida e ir descubriendo habilidades, talentos y nuevos caminos.
Pero ahora mismo, quiero sanar contigo los dolores de nuestro pasado, la gente que te hizo mucho daño destruyendo tus pequeñas ilusiones.
Quiero a través de estas líneas restaurar los momentos de tristeza que tuviste, tus carencias y limitaciones que mermaron tu crecimiento.
Quiero sanar tantas veces que te sentiste abandonado, cuando tus padres te hicieron tanta falta, cuando con el paso del tiempo no tuviste guía y tomaste las peores decisiones.
Quiero sanar tu inseguridad en todos esos defectos que te construiste, todas esas veces que tuviste miedo en tu habitación, que te llenaste de odio contra el mundo y pasaste largas noches sin dormir.
Quiero sanar el día que pisotee tus talentos, desconfié de ti y decidí que no eras lo suficientemente bueno.
Y necesito sanarlo para que hoy continúes en mi pero en tu más pura esencia, que me ayudes a través de ello a sanar mis dolores del pasado que estoy arrastrando, a perdonar sobre lo que hoy me causa tanto daño, a disolver mis limitaciones, mis angustias, mis temores. Solo así ambos podremos continuar floreciendo.
Mi querido niñ@ hoy estoy aquí para abrazarte, bendecirte y a través del agradecimiento mutuo entre el adulto que quería ser y el que soy ahora sane mi espíritu y libere mi pasado.
Te amo.