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martes, 14 de mayo de 2019

La vida está para adelante, nunca para atrás.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si tu anda por la vida dejando “puertas abiertas”, por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de “regresar” (a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hazlo!, si no, déjalo ir, cierra capítulos.
Dí te a ti mismo que no, que no vuelves. Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque tu ya no encajas allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio. Tú ya no eres el mismo que fuiste, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver. Cierra la puerta, pasa la hoja, cierra el círculo. Ni tu serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo es desprender lo que ya no está en tu vida.