Hoy aprendí que las cosas pasan cuando tienen que pasar.
Que el dar todo no significa que lo recibirás todo.
Que una buena siembra no significa una buena cosecha.
Que los momentos son cortos y por eso hay que disfrutarlos.
Que las lágrimas no las merece quien las hace llorar, y que el
tiempo de Dios es perfecto.
Solo le pido a Dios que me enseñe mañana tanto o más
de lo que aprendí hoy.